Mi hija Valentina (4 años), que en lugar de cerebro tiene en la cabeza una ojiva nuclear, me dice: Papá, Santa Claus sabe todo lo que hacemos, ¿verdad? Yo creo que él tiene un montón de televisores en su casa para saber si nos portamos bien o mal y decidir si nos trae regalos en Nochebuena. Entonces, ya sabemos que nos ve, pero... ¿Nos oye?
Vera (16 meses), en tanto, nos mira en silencio y sonríe. Si Foucault viviera.
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