jueves, octubre 13, 2005

El día de los anuncios


Ayer hubo tres anuncios en la industria informática estadounidense. Involucran a diferentes empresas pero están estrechamente relacionados porque todos se refieren a la lucha por el mercado del entretenimiento digital. Todos tienen que ver, además, con el dilema clásico del mundo del consumo masivo. de abrirse o cerrarse; de buscar aliados o caminar solo.

Dos de estos anuncios tienen por protagonista a Microsoft. El primero es la promesa de que esta empresa y Yahoo! conectarán las redes de sus mensajeros istantáneos a mediados de 2006, para permitir que los usuarios de ambos servicios puedan comunicarse como si formaran parte de la misma comunidad.

Esto -que suena maravilloso solo porque previamente los usuarios han aceptado el absurdo de que la redes no se conecten por defecto, lo que en el mundo de la telefonía tradicional equivaldría a que los aparatos de diferentes operadoras no pudieran realizar llamadas entre ellos- es un evidente tiro por elevación a AOL.

La cada día más débil AOL tiene en su mensajero instantáneo uno de sus pocos pilares sólidos (por lo menos, en los estados Unidos), y su estrategia ha sido siempre la de resistirse a todo tipo de interconexión. Está claro que donde no lidera, Microsoft está dispuesto a aliarse, tal como otros han hecho contra ella en las áreas en las cuales es un monopolio de facto.

Mirando un poco más allá de lo evidente, Microsoft fortalece un tipo de servicio que ya no es solo para comunicar a personas entre sí, sino para poner a los usuarios en contacto con el contenido digital de cada proveedor, tal como hace Yahoo! con su radio LaunchCast.

Eso explica el sentido del segundo anuncio del día: Microsoft y RealNetworks cancelan el litigio que tenían pendiente, al tiempo que la primera empresa integrará en su portal y herramientas la tienda de música online de la segunda, Rhapsody. Microsoft gana tiempo para alistar su propia tienda (la semana pasada suspendió el diálogo con las discográficas para lograr un acuerdo en materia de royalties por servicios de suscripción) y usa de escudo a un antiguo rival, demasiado débil para convertirse en un problema en el medio plazo pero lo suficientemente consistente como para poner una piedra en el camino de Apple hacia el dominio absoluto del mercado.

De Apple es, precisamente, el tercer anuncio. En realidad, son tres: un nuevo iPod, un nuevo iTunes y una nueva iMac. Los tres apuntan a lo mismo: es la hora de vender vídeos, no solo música, y Apple va a hacerlo, como todo lo que hace, en soledad. El más llamativo de los nuevos productos es, probablemente, aquel en el cual Jobs cree menos: dudo que el líder de Apple -que descree, por ejemplo, de que la gente esté interesada en comprar música a través del móvil, pero saca con Motorola un teléfono precisamente para eso- crea seriamente que los usuarios andarán por la calle viendo vídeos. Lo que seguramente cree es que la gente consume películas en la PC, y para eso se ha agregado una tienda específica en iTunes. La nueva iMac es, en rigor, una respuesta un poco apresurada al Windows Media Center de Microsoft, pero da la impresión de que todos están todavía muy lejos de encontrar el modelo justo de interfaz que integre PC y TV de una manera aceptable para los usuarios.

Mientras Microsoft se alía por obligación, Apple se aísla por convicción. ¿Nadie es capaz de aliarse por convicción? El dilema clásico de la industria de consumo masivo: abrirse o cerrarse; buscar aliados o caminar solo. Aunque la estrategia de Apple es simpática, mi impresión es que no podrá soportar el desgaste de hacer todo en soledad. Será interesante ver qué pasa en lo próximos meses.

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